En el cuarto trimestre de 2008 había en Álava un total de 350 oficinas bancarias. Es el mayor número desde que el Banco de España ofrece datos de este parámetro. En el tercer trimestre de 2021, el número de oficinas contabilizadas era de 164. Es decir, que se han cerrado más del 50% de las oficinas, con la consiguiente pérdida de servicio hacia los ciudadanos.
Desde la llegada de la pandemia, es habitual ver colas de personas en las oficinas bancarias. El hecho de que haya que pedir cita previa para ser atendido, y también que cada vez haya menos oficinas, hace que el número de personas que tiene que atender cada sucursal sea cada vez más alto.
La digitalización de la economía tampoco ayuda a que se mantengan abiertas oficinas bancarias. De hecho, cada vez hay un mayor número de personas que apenas tienen necesidad de acudir a su sucursal para ser atendido personalmente puesto que muchos de los trámites los pueden solucionar mediante aplicaciones móviles o utilizando los cajeros automáticos.
Pero lo cierto es que a medida que se cierran oficinas bancarias hay un porcentaje de población que queda desatendida, sobre todo aquella que reside en zonas rurales o que tiene una mayor edad. En este sentido, recientemente se ha lanzado la campaña “Soy mayor, pero no idiota” en la que un jubilado valenciano ha conseguido recoger tantas firmas que ha obligado a los bancos a cambiar su operativa de atención personal.
Tendencia general
A nivel regional la tendencia es similar a la que se ha dado en Álava. Para conocer los datos del País Vasco, así como los de las otras provincias, puede utilizar el selector que hay en la parte superior del gráfico. En líneas generales, la primera década del siglo supuso un incremento del número de oficinas, animadas por la expansión del negocio inmobiliario y por la proliferación de entidades bancarias. Así, no era raro ver en nuestras calles sucursales de bancos que tenían poca relación con el territorio, pero que buscaban aprovechar un negocio floreciente.
A partir de la crisis financiera que se dio al final de la primera década del siglo, se produjo una concentración de entidades, mediante fusiones y absorciones, que cambió totalmente el panorama bancario en España. La práctica desaparición de las cajas de ahorros también hizo que muchas oficinas desaparecieran de nuestras calles.
General Inmobiliaria, otra forma de ver las c@sas