De «La Meta» a las viviendas de Ajuria

Las ideas de José Antonio Coderch de Sentmenat hechas realidad

Un poco de Historia

A comienzos del siglo XX (1902) se puso en marcha la empresa “Metalúrgica Alavesa”, popularmente conocida como “LA META“. Con ella se inicia la incipiente industrialización de Vitoria (entonces sin Gasteiz) junto con otras empresas que surgen por las mismas fechas.

Situada en una zona de huertas y campos de labranza entre la calle Beato Tomás de Zumárraga y la actual Adriano VI y muy próxima a nuestra Avenida de Gasteiz. Hacia el oeste, se extendían los campos de llanada alavesa.

“LA META“ termina siendo un proyecto fallido en un breve plazo de tiempo y la fábrica es adquirida por Segundo Aranzábal que posteriormente se unió a otro industrial, Serafín Ajuria fundando  la empresa que se conoció como “ AJURIA Y ARANZABAL “. Esta empresa se dedicó a la fabricación y comercialización de maquinaria agrícola.

En 1918 Serafín Ajuria construye el palacete que conocemos como Ajuria Enea.

En 1926 la empresa “ AJURIA Y ARANZABAL”  consigue la medalla de oro en la Exposición Nacional de Maquinaria, lo que da idea de la importancia que llegó a tener.

Al morir Segundo Aranzábal, sus hijos se desvinculan de la empresa  que pasa a ser “AJURIA S.A.”

La empresa vive unos años de gran actividad coincidiendo con la Guerra Civil y posteriores momentos en los que el país permanece cerrado al mercado exterior.

En la posguerra (década de de los años 40) tuvo un extraordinario desarrollo por las necesidades del sector agrario y por ser una de las pocas factorías capaz de seguir produciendo maquinaria con garantías. A principios de los años 50, Álava era la provincia española con mayor producción de maquinaria agrícola.

“AJURIA S.A.” sigue creciendo, llegando a contar con cerca de 1.000 trabajadores en 1954, creando sucursales por toda España.

En la década de los años 60 se produce el declive de la empresa, motivado por el incremento de la competencia, los avances tecnológicos y la apertura de España al mercado exterior, hasta que finalmente termina desapareciendo en los años 70.

Con la desaparición de la empresa, los talleres y edificios que la componían quedan cerrados, ocupando una gran manzana rodeada por las calles Beato Tomás de Zumárraga, las actuales Adriano VI y Serafín Ajuria y por los edificios que ya se estaban construyendo en la Avenida de Gasteiz (entonces Avenida del Generalísimo).

El nacimiento y desarrollo del polígono de Ajuria

En estos momentos Vitoria está viviendo una fuerte expansión urbanística debido al crecimiento de su población, lo que conlleva el paso lógico de promover la urbanización de toda la zona ocupada por la fábrica de Ajuria.

Así, el 26 de diciembre de 1973 se aprueba el “Plan Parcial de Ordenación Urbana del Polígono nº 8” que sería conocido como Polígono de Ajuria.

Lo elabora el arquitecto vitoriano Enrique Marimón Alava por encargo de la sociedad propietaria de los terrenos que sigue siendo Ajuria S.A.

Este proyecto propone tres zonas de edificación de viviendas: el cierre de la manzana con la Avenida de Gasteiz – Beato Tomás de Zumárraga – Adriano VI y dos manzanas cerradas con frente a Beato Tomás de Zumárraga – Tomás Alfaro una y Serafín Ajuria otra, más las fachadas a una calle de nueva creación en ambas manzanas. El resto del Polígono se destina a zona escolar.

Así comienza a andar este nuevo Polígono que, sin embargo, iba a sufrir una radical transformación antes de que se iniciara su desarrollo.

Aquí entra en escena otra persona fundamental en la plasmación final del Polígono de Ajuria, el arquitecto catalán José Antonio Coderch de Sentmenat (1913 – 1984).

Este arquitecto había iniciado su trabajo profesional llevando a cabo construcciones de chalets en la zona de la costa mediterránea.

Fue arquitecto municipal de Sitges (1942 – 1945).

Fuertemente influenciado por la arquitectura popular, que siempre estará presente en sus obras, también tuvo influencias de la arquitectura finlandesa e italiana contemporánea.

Su conocida casa “Garriga Nogués” (Sitges 1947) se considera como la entrada de la arquitectura española en el movimiento moderno.

En 1951 hará dos de sus obras más importantes, la casa “Ugalde” (Caldetas) y el edificio de viviendas del Instituto Social de la Marina, en la Barceloneta.

Así su obra, poco a poco, se va centrando en edificios de viviendas y casas bajas, una arquitectura que él consideraba al servicio del hombre.

Coderch fue un estudioso de la tipología de vivienda, buscando siempre adaptarla a la medida de las personas y sus necesidades.

Trató de trasladar las ventajas de la vivienda unifamiliar a la vivienda en altura. Vistas abiertas, luminosidad, lo más exteriores posibles (evitando los patios interiores e incluso los de manzana cuando fue posible), distribuciones adaptables a las distintas necesidades de cada familia y zonas exclusivamente peatonales con edificios de pocas alturas.

Ahondando en sus ideas, llega a aislar sus edificios del conjunto urbano que los rodea, que prácticamente solo le sirve para marcarle las alineaciones y Ordenanzas que debe respetar y pasan a ser elementos autónomos que funcionan con independencia del lugar en que se encuentran y que son perfectamente identificables por sus características externas.

En sus estudios sobre la tipología de viviendas, profundiza hasta desarrollar una disposición fracturada en la planta del edificio (formando dientes de sierra) que le permite plasmar sus ideas.

En 1973 inicia el proyecto conocido como “Conjunto de Viviendas Las Cocheras de Sarriá”. En este proyecto de 20 bloques de viviendas lleva a cabo todas sus ideas, combinando los dientes de sierra con una distribución cóncavo-convexa y logrando unas tipologías que le permite obtener viviendas de 3, 4 y hasta 5 dormitorios (podían oscilar entre 60 y 260 m2) sin  variar la fachada del edificio.

Para él las fachadas de sus edificios siempre fueron resultado del interior. No era la fachada la que marcaba el interior del edificio, sino ese interior el que daba lugar a la fachada.

Este proyecto de viviendas tuvo un éxito fulgurante pues a los tres meses de iniciada la obra prácticamente se habían vendido todas las viviendas.

Poco después de terminar el proyecto “Cocheras de Sarriá” encontramos a Coderch llegando a Vitoria, ya que el 2 de marzo de 1977 el Ayuntamiento aprueba el llamado “Estudio de Detalle de la Manzana de Ajuria” que firman, además del propio Coderch, los arquitectos José Erbina, Enrique Guinea, Miguel Mieg y Antonio Yeregui (todos ellos con estudio en Vitoria).

El nuevo proyecto aprobado por el Ayuntamiento supone un cambio absoluto respecto al Plan Parcial del año 1973.

Ahora la propietaria de los terrenos de la antigua fábrica de Ajuria es la sociedad Promociones Altube.

Coderch vuelve a plasmar aquí todas sus ideas sobre la vivienda en altura para un conjunto previsto de 938 viviendas.

  • Dispone de lo que él llama una “supermanzana”, concepto muy de moda hoy en día y que ya se había desarrollado desde la década de 1940 en otros países.
  • Le da al nuevo Polígono una total autonomía de los edificios que lo rodean, solo guarda con ellos una relación respecto a las alineaciones que son de obligado cumplimiento, diferenciándose en todo lo demás.
  • Diseña un conjunto de edificios de 7 alturas (con alguno de 6 y 8 alturas).
  • Crea una calle-jardín exclusivamente peatonal con zonas ajardinadas y arbolado a la que pueden tener acceso la mayoría de las viviendas, para facilitar la relación entre las familias.
  • Elimina los patios interiores y de manzana, salvo en el caso de los edificios situados detrás de la Avenida de Gasteiz que le viene impuesto, dando lugar a un único y gran patio de manzana que va desde Beato Tomás de Zumárraga a Adriano VI.
  • Todos los edificios del Polígono tienen el mismo tratamiento con fachadas de ladrillo caravista del mismo color, ventanas blancas, paños de fachada ciegos que bajan hasta el nivel de calle, soportales que permiten el paso peatonal entre calles de tráfico y la calle-jardín peatonal.
  • Fachadas fracturadas en dientes de sierra con un trazado cóncavo-convexo para aumentar la sensación de separación entre viviendas y edificios y con ello su independencia, así como permitir vistas más abiertas y mayor luminosidad interior.
  • Esos edificios que parecen todos iguales, en realidad no lo son, ya que como él deseaba, la fachada viene definida por el interior y en ese interior llega a proponer diferentes tipologías de vivienda (todas totalmente exteriores, salvo las que hacen patio con la Avenida de Gasteiz), variando tanto el número de viviendas por planta (desde 6 viviendas por planta en algunos edificios, hasta otros con solo 3 viviendas) como la superficie de las viviendas (que oscilan entre los 75 m2 y los 190 m2). Piensa que las circunstancias socio económicas de cada momento fijarán la demanda del tipo de vivienda a construir, como efectivamente así ha sido.
  • Dota a todas las viviendas de jardineras exteriores para incrementar la sensación de contacto con la naturaleza.

Finalmente el Estudio de Detalle prevé un plazo de ejecución de 8 años con planificación de fases según las necesidades del mercado inmobiliario.

Precisamente para adaptarse a la demanda, la  completa terminación del Polígono se demoró bastante más que los 8 años inicialmente previstos.

Este nuevo proyecto también supuso alguna sorpresa a la que en Vitoria no estábamos acostumbrados, como fue el hecho de que las ventanas no dispusieran de persianas, quizás en su afán de mantener la luminosidad de las viviendas, pero aquí resultó difícil de aceptar como puede comprobarse, ya que en la mayoría de las viviendas se han ido añadiendo, e incluso los últimos edificios construidos ya las incorporaban.

En el año 1984 se aprueba una modificación del Estudio de Detalle de la Manzana de Ajuria que firman los arquitectos Erbina, Yeregui y Guinea. Coderch ya no aparece pues fallece ese mismo año.

No supone ninguna modificación sustancial del proyecto inicial ideado por Coderch, pues solo afecta a la adecuación de las viviendas a las necesidades del momento (como ya estaba previsto). Mantiene el aspecto exterior de los nuevos edificios que se igualan con los ya construidos, respetando todo lo previsto inicialmente.

Finalmente en 1988 se aprueba una modificación que afecta a 2 parcelas con pequeñas modificaciones que siguen respetando lo común a todos los edificios del Polígono.

Con ello culmina la ordenación del Polígono de Ajuria que termina su construcción y queda como hoy lo conocemos.

La idea de José Antonio Coderch de Sentmenat, un arquitecto soñador que quería adaptar los edificios y las viviendas a las necesidades de las personas que las iban a habitar para hacerlas más humanas, acercándolas al contacto con la naturaleza y por encima de cualquier otra consideración.

José María Muro


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