La densidad de población mide el número de personas que habita en un determinado espacio de terreno y, por lo tanto, sirve para conocer, entre otras variables, la concentración de población que hay en un lugar. Los últimos datos publicados indican que la capital alavesa, Vitoria-Gasteiz, es la que tiene una densidad de población más baja de entre todas las grandes ciudades del País Vasco.
A nivel de población, Vitoria-Gasteiz es la segunda ciudad más poblada del País Vasco con 247.833 habitantes, según los datos del censo cerrado a 1 de enero de este año 2021. Tan solo Bilbao superaba en población a la capital alavesa, mientras que Donosti se sitúa en tercer lugar con 182.088 habitantes. Tanto en el caso de la capital vizcaína como en el de la donostiarra hay que tener en cuenta que tienen unas zonas aledañas muy pobladas, con poblaciones como Barakaldo, Getxo o Irún que se sitúan entre las 10 ciudades con más población de la Comunidad Autónoma.
Pero en cuanto a densidad de población, la capital alavesa tiene 897 habitantes por cada kilómetro cuadrado, lo que la sitúa en la trigésima posición de todas las localidades vascas. La situación geográfica de Vitoria hace que haya podido tener un desarrollo urbanístico con mayor amplitud, dotado de amplias zonas de esparcimiento. La llanada alavesa en contraposición con otras zonas donde la morfología geográfica impide desarrollos urbanísticos.
No hay una cifra estándar que indique cuál es la densidad de población ideal, puesto que depende de muchas circunstancias de todo tipo, pero en líneas generales tener una densidad de población media puede suponer tener un nivel de calidad de vida más alto.
Para poner en contexto la cifra de Vitoria-Gasteiz, la podemos comparar con otros territorios como Bilbao, donde la densidad de población multiplica por diez al de la capital alavesa o municipios como Sestao o Getxo donde también es muy alto el porcentaje de personas que reside en cada kilómetro cuadrado.
El dato de Vitoria-Gasteiz también incluye una parte importante del término municipal que no está habitado o que tienen un uso diferente al residencial. De esta forma, la densidad población en las zonas habitadas será mucho más alta que los 897 habitantes que indica el Eustat.
¿Problemas y ventajas de la densidad de población?
Tener una densidad de población alta supone disponer de menos espacio para el desarrollo de la vida. Menos equipamientos públicos y espacios de esparcimiento más pequeños. Además, el acceso a los servicios sanitarios o de otro tipo pueden tener problemas por la gran cantidad de población que tiene que hacer uso de ellos. En cambio, una alta densidad de población parece estar asociada con un mayor desarrollo de todo tipo de negocios, mayores oportunidades económicas y mejores infraestructuras urbanas.
Todo lo que pueden ser ventajas para una densidad de población muy alta, se pueden convertir en inconvenientes en el caso contrario. Poblaciones donde apenas vive gente suelen tener problemas de abastecimientos o servicios de una calidad y regularidad más baja.
La densidad de población es un dato que tiene una importancia destacada cuanto más concreta sea la zona a analizar. Así, si tomamos los barrios o los distritos, el dato será más significativo que si tomamos provincias, comunidades autónomas o países. En el caso de España esto se ve muy claro. La densidad de población se sitúa por debajo de 100 habitantes por cada kilómetro cuadrado, pero el caso es que apenas hay un 15 % del territorio que está habitado, lo que elevaría la densidad de población por encima de los 800 habitantes por kilómetro cuadrado.
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